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Qué es la fobia social y como superarla

Fobia Social

La fobia social es el segundo trastorno de ansiedad más común en la población, por detrás de la agorafobia-pánico. Los estudios indican que entre el 1,5 y el 3% de la población sufren de este tipo de ansiedad. Posiblemente el número sea mayor, puesto que esos mismo estudios, estiman que el 20% de la población general sería tímida, y dentro de este número, seguro que hay muchas personas que cumplen con los criterios de fobia social.

La edad de aparición suele ser a finales de la adolescencia y principios de la edad adulta, pero la edad media en que se busca ayuda profesional suele ser entre los 27 y 34 años de edad. Si se busca ayuda tan tarde puede ser por diferentes motivos:  es difícil diferenciar la timidez normal con la fobia social, que la persona considere que es su forma de ser y por lo tanto incambiable, o por la propia dificultad que supone para estos pacientes exponerse a personas nuevas y contar los que les ocurre.

Los datos indican que este tipo de ansiedad le ocurre con más frecuencia a las mujeres, pero los hombres acuden más a terapia.

Aproximadamente entre el 30 y el 50% de las personas con fobia social presentan síntomas de depresión. El abuso de alcohol y de ansiolíticos también se relacionan con este problema. Se estima que un 20% abusa de estas sustancias. No significa que sean alcohólicos o adictos, sino que utilizan esta estrategia para inhibir la ansiedad y sentirse mejor a corto plazo, con el riesgo que esto supone para su salud.

¿Qué es la fobia social?

La fobia social o ansiedad social, es un miedo desproporcionado a relacionarse con otras personas. La persona está convencida de que actuará de forma inadecuada o embarazosa y será humillante. A esto le acompaña una serie de sensaciones fisiológicas como taquicardia, sudor, temblor de manos, etc. Las personas se protegen de esto evitando afrontar situaciones en las que se van a sentir así o realizan maniobras defensivas para disimular o evitar que los demás se den cuenta.

Básicamente lo que ocurre es que estas personas creen que por su ejecución social van a recibir un juicio muy negativo de los demás y los rechazarán, y por lo tanto, harán lo que puedan para evitar esto.

Las situaciones que se suelen evitar es: asistir a fiestas, reuniones sociales, hablar en público, comer, beber o escribir en público, pedir información o favores, relacionarse con figuras de autoridad, etc.

Se habla de fobia social específica cuando hay miedo a situaciones específicas, como hablar en público. Y fobia social generalizada cuando las situaciones que evitan son prácticamente todas las que no impliquen relacionarse con personas «seguras» como familiares o amigos muy cercanos.

Para entender bien la fobia social, vamos describir su tres elementos:

  1. Cognitivo: Es lo que pensamos o nos decimos a nosotros mismos. Son la interpretaciones catastróficas o percepciones de peligro inminente. Por ejemplo tengo que hablar con unos compañeros de clase que son desconocidos y pienso «lo voy a hacer mal y pensarán que soy raro».
  2. Fisiológico: Es la parte física de la ansiedad. Son sensaciones como tensión muscular, aumento  del ritmo cardíaco y respiratorio, boca seca, temblor de manos, sensación en estómago, ganas de orinar, calor, sudores o rubor facial. Aunque estas sensaciones las tenemos todas las personas, las personas con ansiedad las perciben con mucha intensidad y las malinterpretan. Este patrón fisiológico es una herencia genética que tenemos los seres vivos para sobrevivir y nos preparan para afrontar peligros. Pero si los interpretamos como la causa de que por ello me voy a trabar al hablar o que se me va a notar el sudor de las manos, se convierte en nuestro mayor enemigo. Aunque son incómodas, estas sensaciones no son peligrosas y además son muy difícil de percibir por las personas que nos rodean. Son como un dolor de cabeza, que si no lo digo, la gente no puede saber que lo tengo.
  3. Conducta: Lo anterior es involuntario y se activa cuando estamos en situaciones que interpretamos de riesgo, pero este tercer nivel si es voluntario. Es lo que hacemos para sentirnos mejor. Son las conductas de evitación o escape que realizamos para que la ansiedad desaparezca. Como no ir a situaciones sociales, intentar pasar desapercibido, maquillarse mucho para que no se note el rubor facial, no coger vasos para no temblar, no intervenir en conversaciones, etc. A corto plazo funciona por que evitamos malestar, pero es la trampa de la ansiedad. En futuras ocasiones nos sentiremos igual o peor si realizo estos comportamientos ya que no puedo habituarme a la ansiedad y mis temores se confirman.

¿Cómo se supera la fobia social?

Sabiendo sus componentes podemos estructurar los tratamientos. La terapia que más ha demostrado su eficacia es la cognitivo- conductual. Es un trastorno que tiene buen pronóstico si se completan los tratamientos.

Es imprescindible hacer una evaluación completa de la persona para averiguar cuales son sus factores de vulnerabilidad. Por lo general lo que se trabaja es:

  • Los pensamientos o interpretaciones catastróficos con terapia cognitiva en forma de discusiones socráticas longitudinales. Se observa que hay un orden en los pensamientos de estas personas cuando afrontan situaciones sociales. Primero se piensa » tengo que intervenir y no lo voy a hacer bien» «tartamudearé o me quedaré en blanco»; segundo piensan «seguro que se van a dar cuenta»; tercero piensan » voy a hacer el ridículo, pensarán algo desagradable de mí»; cuarto «me rechazarán»; quinto se autocastigan duramente «no voy a ser capaz, no valgo para nada». Estas ideas hay que trabajarlas, por que en esencia son irracionales y son la base del problema.
  • Hay ocasiones que la persona no ha tenido buenos modelos sociales para aprender y carecen de habilidades sociales para salir con éxito en ciertas situaciones y esto le produce gran desconfianza. En estos casos hacemos un entrenamiento en asertividad y habilidades sociales.
  • Cuando ya hemos trabajado esos aspectos, la persona está preparada para hacer la parte más importante: Exponerse. Las técnicas de exposición en vivo son la herramienta indispensable para superar este problema. Se hace una jerarquía de situaciones de menos a más difíciles. Se empiezan a exponer de manera controlada y progresiva a dichas situaciones con ayuda del psicólogo. Con esto conseguimos que se desconfirmen las creencias negativas, se habitúe a las sensaciones desagradables de la ansiedad y al final se anima poco a poco a ir interviniendo con más frecuencia en situaciones que antes evitaba, lo que le da gran confianza y alegría.

Como conclusión me gustaría decir que es un trastorno que se puede superar, pero hay que poner de nuestra parte y confiar en los especialistas. También te puede ser de ayuda compartir tus experiencias con personas similares en páginas de autoayuda como curarlafobiasocial.com

Francisco Tabernero

Psicólogo en Puertollano

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